Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1695
Legislatura: 1901-1902 (Cortes de 1901 a 1903)
Sesión: 19 de octubre de 1901
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 39, 882
Tema: Interpelación del Sr. Bergamín por una carta del Ministro de Hacienda publicada en un periódico

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Encuentra el Sr. Bergamín un hecho verdaderamente extraordinario en lo acaecido con el señor Ministro de Hacienda por la carta que, ha publicado en un periódico. Pues es un hecho que, en realidad, no tiene nada de particular porque se han visto muchos casos, y todo el que ha sido Ministro lo recordará, en que, en ciertas cuestiones, sobre todo en aquellas que no son del dogma de un partido, hay diferencia de opinión entre los Ministros; y cuando hay diferencia de opinión entre los Ministros en asunto que no se puede estimar indispensable para la marcha del Gobierno, se hace notar esa diferencia en el mismo Consejo de Ministros; por eso hay muchas resoluciones que se acuerdan, no por unanimidad, sino por mayoría. Claro está que cuando se trata de una cuestión de esta naturaleza, y cuando por hechos semejantes los Ministros se dividen en sus opiniones, no por eso ocasionan siempre, rara vez ocasionan, una cuestión de crisis.

¿Qué ha habido aquí de nuevo? De nuevo para este país, que en otros ha ocurrido muchas veces.

Que el Sr. Ministro de Hacienda, acusado por sus electores, y es más, el Sr. Ministro de Hacienda, atacado por hacerle a él cómplice de ideas que no manifestó en el Consejo, ha tenido necesidad de hacer declaraciones, obligado a ello porque le atribuían que había estado en disconformidad con los electores de Vigo, y en conformidad con el Gobierno; entendiendo que los de Vigo no tenían razón; y como esto importaba al Sr. Urzáiz explicarlo y aclararlo, lo ha explicado y lo ha aclarado por medio de una carta, en la que no dice, ciertamente, lo que ha expresado el Sr. Bergamín; no dice que lo que sus compañeros han acordado sea un disparate. ¿Dónde está eso? No dice tampoco que se propone trabajar en contra de lo hecho por sus compañeros para que eso desaparezca; lejos de esto, lo que dice es, que sin estar de acuerdo con la mayoría del Consejo de Ministros en ese asunto, como no se trata de una cuestión verdaderamente indispensable para la marcha del Gobierno, como además en nada afecta al dogma del partido a que pertenece, no ha tenido inconveniente en salvar su voto y seguir prestando sus servicios en el Ministerio y en el partido liberal.



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